100 Vistas estereoscópicas de México, ca. 1920
Keystone View Company
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100 Vistas estereoscópicas de México,
ca. 1920
Keystone View Company
18.5 x 19.3 x 9 cm
Estuche tipo cajón de keratol sobre cartón con 100 vistas estereoscópicas de plata/gelatina montadas sobre cartón, con referencias impresas en anverso y reverso.
La fotografía estereoscópica, al igual que las revistas ilustradas y el panorama –una forma de arte creada durante la Revolución Industrial, que consistía en la realización de pinturas monumentales de 360 grados–, fue parte del nacimiento de una nueva cultura visual en el siglo XIX, basada en un interés por saber y conocer, fruto de la filosofía positivista de la época.
Miradas del Seminario de Cultura Mexicana a los Álbumes de México
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Seminario de cultura mexicana
Keystone View Company, empresa fundada en Meadville, Pensilvania por BL Singley.
Desde 1892 hasta 1963, produjo y distribuyó estereovistas y estereoscopios tanto educativos como cómicos/sentimentales. En 1905, era la empresa estereográfica más grande del mundo.
En 1978, los registros y el inventario de negativos de la empresa, que pesaban más de 30 toneladas, fueron donados al Museo de Fotografía UCR / California de la Universidad de California Riverside, donde ahora se los conoce como la Colección Keystone-Mast.
En 2002, se inauguró el Museo Estereoscópico Johnson-Shaw en Meadville, la ciudad natal de Keystone View, para celebrar la empresa.
Los álbumes 201 y 300 corresponden a vistas de México, de las que se ofrece una selección, tomadas entre los años 1924 y 1927. Recorrido de un fotógrafo por el país en ferrocarril, automóvil, vapor y tal vez tracción animal, de norte a sur, con imágenes románticas evocadoras, sentimentales y nostálgicas para mostrar un país con asomos de modernidad: el ferrocarril, urbes con automóviles y calles pavimentadas, damas vestidas a la última moda, y sin embargo se colaron resquicios de su rusticidad en imágenes cuyo objetivo fue captar lo “pintoresco”, lo “exótico”: fabricantes de cerámica de barro, trabajadores rurales de Tequila, Jalisco; modernidad contradicha por la calle del puerto de Acapulco dominada por la arquitectura regional con una dama en medio del arroyo vestida a la última moda, de pie en una calle todavía de tierra. Eterno país contradictorio y paradójico.
El fotógrafo, mexicano o extranjero, muestra un conocimiento del país, de los sitios emblemáticos de la Ciudad de México: Palacio Nacional, Chapultepec, Villa de Guadalupe, Xochimilco, monumento a Cuauhtémoc; el estadio nacional, una gran obra en aquel entonces. O del interior del país: el Casino de Agua Caliente en Tijuana, entonces en auge; Mazatlán, Tepic, Teotihuacan, Guadalajara, Monterrey, Mérida, Taxco, “pueblo de indios”; León, Veracruz, Acapulco, norte, centro, sur, apretado y precipitado viaje que recuerda la fallida película documental México de aquellos mismos años, destinada a difundir en el extranjero una imagen positiva de México, tan deteriorada por la Revolución. Objetivos diferentes con el mismo resultado: atraer turismo, éstas con un claro sentido comercial, aquél con fin propagandístico.
Aurelio de los Reyes
Miembro Titular
Cine
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Seminario de cultura mexicana
De las sutiles diferencias entre dos imágenes planas, nuestro cerebro arma, como si nada, la tridimensionalidad de la escena que las produce. El horizonte o lo más lejano se iguala en ambas para bajar un telón de fondo y, entre más lejos queda plasmado un objeto en los dos retratos, más cerca se le sitúa —se mueve a la derecha el que va dirigido al ojo izquierdo y viceversa—. Un pararrayos jugando a ser torre de iglesia en Guadalajara, o el cigarro y el sombrero del que admira el volcán de Colima (primeros planos), muestran el único disparo captado por dos objetivos fotográficos en la misma cámara.
Javier Bracho
Miembro Titular
Matemáticas
100 vistas estereoscópicas de México, ca. 1920
La fotografía estereoscópica, al igual que las revistas ilustradas y el panorama –una forma de arte creada durante la Revolución Industrial, que consistía en la realización de pinturas monumentales de 360 grados–, fue parte del nacimiento de una nueva cultura visual en el siglo XIX, basada en un interés por saber y conocer, fruto de la filosofía positivista de la época.
Esta original técnica resultó en su momento una novedosa manera de descubrir el mundo a partir de imágenes en tercera dimensión. La ilusión de profundidad se produce al crear dos imágenes ligeramente diferentes del mismo objeto y juntarlas, a través de un visor, para producir el efecto tridimensional.
Estas cien imágenes de México tienen su origen en un esfuerzo comercial y técnico de las empresas que las desarrollaban, por crear colecciones de fotografías estereoscópicas de diferentes países del mundo. En ellas podemos observar un caprichoso paseo por el México de aquella época, con enfoque en aspectos muy diversos como arquitectura prehispánica, colonial y moderna, industria, agricultura, paisajes urbanos y vida cotidiana.
Destaca frecuentemente en la composición de las fotografías la utilización de un personaje u objeto en primer plano, para acentuar la profundidad de campo y la ilusión óptica de tridimensionalidad.